jueves, 15 de octubre de 2009

Quienes de verdad me conocen saben que no soy fuerte, si no, que puedo luchar cuando deseo algo. Porque quienes me conocen en realidad, saben que lloro un poco todas las noches y que me da mucho trabajo lograr decidirme por algo. Que reir me provoca hipo y lágrimas. Quienes me conocen saben que no me asusta la oscuridad ni la soledad. Que no conozco de favores, si no la incondicionalidad. Que mi oscuridad no es color, sino camuflaje. Que mi experiencia no es mas que una lista de errores. Que digo o dije "te amo" a veces sin pensar en las consecuencias de esas palabras. Quienes me conocen, saben también que prefiero un te quiero a un te amo, porque conservo la estúpida idea de que es más duradero. Que no sé ser libre porque tengo mucho rencor. Que el alcohol me libera, el buen cine me inspira y una interesante conversación me embriaga. Que no me gusta ser plato de segunda mesa. Que a quién le ofrezco mi amistad, es porque se ha ganado mi confianza. Que no juego con los sentimientos y por tanto no me gusta que jueguen con los míos. Que soy sumamente vengativa. Que me gustan las fiestas hasta el amanecer. Sabe también el que me conoce bien, que una mentira me duele más que una herida. Que siempre entrego lo que se me exige, y he sido siempre lo que hace falta, pero nunca lo indispensable.